viernes, 22 de junio de 2012
domingo, 5 de febrero de 2012
miércoles, 1 de febrero de 2012
Necesidades y Motivacines profundas de los niños
NECESIDADES Y MOTIVACIONES PROFUNDAS DE LOS NIÑOS
Los sentimientos y acciones de los niños son motivados y dirigidos por corrientes muy oscuras y profundas, inherentes al ser humano. Estas fuerzas motivadoras son llamadas necesidades.
Las necesidades básicas de los niños se pueden clasificar como biológicas, psicobiológicas y psicológicas. Entre las necesidades básicas psicológicas los niños muestran las de: afecto, expansión, juego, maduración, crecimiento, compañía, seguridad, defensa y agresión, afirmación de sí, valoración, reconocimiento, conocimiento, cumplimiento de imperativos de orden moral.
Los matices, el acento, la intensidad y el tipo de situación que origina los sentimientos o actos que expresan y permiten identificar la necesidad, sea por su demostración directa o por las conductas que provoca su falta de satisfacción, varían de edad a edad, y de individuo a individuo.
Necesidad de Afecto:
Los niños con edades comprendidas entre los dos y los seis años la falta de afecto aparece con mayor frecuencia cuando la manifestación del afecto de los padres hacia los hermanos del niño ocasiona un desplazamiento del afecto de los padres o es sentido así por el niño. Cuando el niño experimenta esta necesidad de afecto, esta insatisfacción la demuestra a través de una conducta altamente agresiva contra los que lo frustran. Cuando el niño está seguro del afecto que se le brinda y su problema nace de otras circunstancias, la agresión a padres o hermanos está ausente.
El niño necesita no sólo gozar de afecto sino también igualarse en el afecto dispensado a otros. Otra necesidad es el afecto total de una familia unida.
En los niños con edades comprendidas entre los 7 y 11 años, la expresión de la necesidad de afecto además de que se origina parcialmente en causas parecidas a las de las edades anteriores, también se origina parcialmente en otras distintas como: castigos, desconsideración, reproches, exigencias, amenazas, limitaciones, faltas de contacto y comunicación. Con menor frecuencia la agresión tiene los caracteres de violencia y ensañamiento inauditos con que se muestra en los más pequeños. La necesidad de afecto de la madre aparece como prevalente. Con frecuencia parece sentida la necesidad del afecto de una familia unida, el de amigos y a veces el de los hermanos, expresada todos ellos en forma directa como realidad vivida o anhelada. También aparece un elemento de orden moral en la necesidad de afecto: no ser considerado malo, ser querido.
De los 12 a los 15 años persiste la necesidad de afecto de los padres, pero sólo en jóvenes privados realmente de afecto por uno o ambos progenitores.
Pese a la apariencia contraria, a esa edad aparece un implícito reconocimiento del afecto de los padres, si realmente existe. La necesidad actual de afecto en el seno familiar parece más unida a la necesidad de consideración y reconocimiento. Otros aspectos son: necesidad profunda de dar y recibir afecto en especial en relación con el otro sexo y con los padres; necesidad de ser querido incondicionalmente, pese a los defectos que se tengan.
Necesidad de expansión y juego:
Esta necesidad está vinculada con el goce en la actividad presente, el placer funcional de cualquier índole. En tanto, que la necesidad de maduración tienen sentido prospectivo y abarca todos los sectores de la personalidad. Esta necesidad es visible de los 2 a los 11 años. De los 11 a los 15 aparece incorporada a otras necesidades, o está implícitamente satisfecha, o es reconocida cuando no lo está, en el nivel consciente de la conducta manifiesta.
Necesidad de maduración y crecimiento:
Se revela desde temprano a través de los anhelos de independización, de adquisición de poder, de dominio, de "ser grande", procedentes de algunos niños de 2 a 6 años. De los 7 a los 11 años, además de acentuarse los aspectos anteriores, hay otros agregados: la adquisición de poder se transforma en adquisición de fuerza y capacidad; el reclamo de derechos, la identificación con el padre como hombre; en una niña de 11 años el anhelo de una relación masculina adecuada a su edad.
De los 12 a los 16 años, esta necesidad se expresa por la apetencia por la libertad de decisión de los mayores, la independencia, la rebelión y el desconocimiento de la autoridad, los proyectos para el futuro contrariando a los prefijados por los padres, la busca de pareja, la previsión de formar un hogar.
Necesidad de compañía:
Corre pareja con el desarrollo social. Los pequeños manifiestan sólo la necesidad de sus padres y las figuras protectoras. Después la de sus coetáneos. En la adolescencia la de los pares y la de los individuos del otro sexo.
Necesidad de seguridad:
Esta necesidad es constante en todas las edades, requiere para su satisfacción algunos elementos distintos, variables con los años y otros semejantes o iguales a lo largo del período evolutivo. La seguridad se finca en la existencia de ciertas condiciones físicas, psíquicas y sociales.
De los 2 a los 6 años, se presenta la necesidad de apoyo y protección frente a la agresión procedente de cualquier fuente, de cuidado, de no ser violentado en las propias apetencias, y en el ejercicio de las funciones fisiológicas, de defensa y salvación de ataque de poderes sobrenaturales, de eliminación de la "maldad", de revelación de culpa por actos prohibidos.
De los 6 a los 12 años, se añade la seguridad en el goce de la salud, capacidad en el trabajo escolar y el desempeño adecuado en la vida común; la felicidad, la paz y el alejamiento de los motivos de perturbación.
De los 12 a los 16 años, se agregan las que se asientan sobre situaciones y sentimientos relacionados con la sexualidad, capacidad para tener una conducta irreprochable, de dominar fuerzas instintivas, de no ser víctima de ataque sexual, de ser querido y lograr la formación de una pareja, de tener éxito con el sexo opuesto, de poder enfrentar la vida, de seguridad frente a amenazas implícitas a creencias religiosas.
Necesidad de defensa y agresión:
Se observa en los niños de2 a 11 años. En sus creaciones imaginarias en el daño o ataque de que han sido objeto, se defienden y atacan violentamente y matan o destruyen sin piedad ni medida. Cuando aparece, se encuentra en relación a las circunstancias de vida del sujeto. El componente "defensa" es comprobable en todos los niños, la agresión es parte de la conducta de algunos, para esto probablemente median rasgos ingénitos de la personalidad del sujeto o modelos singulares para que se explaye esta necesidad. Con elementos del ambiente está relacionada la defensa y agresión a agentes terroríficos. En la adolescencia subsiste la necesidad de defensa que se confunde con la expresión de otras necesidades, al igual que la agresión.
Necesidad de afirmación de sí:
Muestra la necesidad de poseer y confirmar un estatus propio frente al de los mayores. Aparece en niños que han experimentado mucha presión de parte de la madre.
De los 6 a los 11 años aparece tras las conductas que traslucen inteligencia, fuerza o astucia, que significan demostración de superioridad sobre los padres o poseen un estatus frente a ellos, en el enfrentamiento con la autoridad, en el vencimiento y sujeción de esta. En la adolescencia se expresa de manera parecida, con marcado acento en la superioridad sobre los padres o las figuras de autoridad y la realización con tono agresivo de acciones probatorias de su superioridad y la derrota de ellos.
Necesidad de valoración y reconocimiento:
Cuando esta necesidad no está satisfecha se enraíza en el sentimiento de no ser tenido en cuenta, ser subestimado, ser dejado de lado, ser mal conceptuado.
Aparece de los 6 años en adelante. Se relaciona con frecuencia con el fracaso escolar. En su fantasía realizan acciones que obligan a los otros a reconocer sum valimiento.
A veces, aparece circunscrita a la valoración frente a un individuo determinado que no parece advertir sus virtudes o merecimiento.
Necesidad de conocimiento:
Está vinculada directamente con el desarrollo de la esfera cognitiva.
A todas las edades la necesidad de conocimiento sexual es una constante casi universal.
En las primeras edades esta necesidad se limita al origen de los niños y las diferencias sexuales. La curiosidad no aparece en los niños que han recibido información adecuada sobre el tema.
En las edades siguientes los focos de curiosidad además de lo mencionado anteriormente es lo referente a la relación sexual.
La necesidad del conocimiento sexual aparece inicialmente en dependencia del desarrollo cognitivo, al igual que la necesidad de conocimiento sobre otros sectores de la realidad, o en aquellos que han pasado por experiencias que le han anexado un significado o carga afectiva especial.
Necesidad de cumplimiento de imperativos de orden moral:
Esta necesidad aparece vinculada con influencias externas.
De los 5 a los 6 años aparece como reparación del daño realizado. De modo implícito se encuentra el castigo por la falta realizada.
De los 7 a los 11 años esta necesidad adquiere diversas formas y matices: obtener la aprobación de los padres, justificarse, realizar hechos meritorios para gozar de buen concepto, esforzarse por mejorar y elevar el concepto de sí, aspirar al triunfo de los buenos sobre los malos, rehabilitarse moralmente. El castigo forma parte de esta constelación.
En la adolescencia, esta necesidad se confunde con el anhelo impersonal de justicia, la adhesión de valores, el respeto al derecho de los otros, el propósito de corregir defectos.
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